Los lubricantes de frenos se encargan de proteger las piezas móviles de los frenos de disco y de tambor de la corrosión durante un largo periodo de tiempo, manteniendo su buen funcionamiento y evitando que se produzcan ruidos durante el frenado.
Los frenos de disco y de tambor sólo pueden alcanzar un rendimiento óptimo si los forros o las zapatas de freno están montados de forma que puedan moverse con facilidad. Para garantizarlo durante mucho tiempo, los talleres utilizan lubricantes permanentes no conductores al reparar los frenos de disco
y de tambor.
Al reparar frenos de disco, por ejemplo, las guías y los puntos de contacto de las zapatas se lubrican con un lubricante permanente. Dependiendo del diseño de la pinza de freno, también se lubrican sus guías. En el caso de los frenos de tambor, por ejemplo, esto se hace en los puntos de contacto de las zapatas de freno en la placa de soporte del freno y en el cojinete de la zapata.
Sin embargo, los lubricantes permanentes para frenos no sólo tienen la misión de proteger las piezas móviles de los frenos de disco y de tambor de la corrosión durante un largo periodo de tiempo y mantenerlas en perfecto funcionamiento. También evitan que se produzcan ruidos durante el frenado.
Los lubricantes que contienen cobre no deben utilizarse para reparar los frenos. Su conductividad eléctrica favorece la corrosión electroquímica. Esto puede acarrear los siguientes inconvenientes:
Los lubricantes de frenos de alta calidad presentan numerosas ventajas que permiten un frenado sin ruidos y seguro a largo plazo. Se caracterizan por las siguientes propiedades:
Los lubricantes permanentes sin metal de fabricantes conocidos pueden utilizarse para pinzas de freno de acero y aluminio, así como para vehículos con sistemas antibloqueo de frenos. Los lubricantes permanentes también son adecuados para las siguientes aplicaciones, entre otras:
Los frenos son uno de los sistemas de seguridad más importantes del vehículo. Se accionan cientos o incluso miles de veces al día sin que el conductor lo perciba conscientemente. El lubricante garantiza que los frenos funcionen perfectamente durante mucho tiempo y evita que se produzcan ruidos de frenado desagradables.
Los lubricantes de frenos de alta calidad no contienen cobre, metales lubricantes ni ácidos. A diferencia de las pastas de cobre, contribuyen así a la protección del medio ambiente y garantizan el perfecto funcionamiento de los frenos.
Los lubricantes permanentes no son conductores. Como resultado, evitan la corrosión de las piezas metálicas y de la mayoría de los materiales de goma. Por tanto, el uso de un lubricante permanente prolonga la vida útil de los componentes de los frenos de disco y de tambor y reduce la necesidad de reparaciones.