Los insectos, los excrementos de pájaros, la savia de los árboles, etc. que se adhieren al vehículo no sólo resultan antiestéticos, sino que también pueden dañar la pintura del coche a largo plazo. El resultado: el valor del vehículo disminuye.
Acaba de aparcar el coche debajo de un árbol, ha recogido algunos insectos mientras conducía o ha cogido excrementos de pájaros aquí y allá con el vehículo. Estas manchas no sólo tienen un aspecto antiestético, sino que además dañan la pintura a largo plazo. El resultado: el valor del vehículo disminuye. Esto puede evitarse con los cuidados adecuados.
La resina de los árboles provoca manchas marrones oscuras y amarillas. Si no se elimina rápidamente, puede dañar la pintura de forma permanente. Un paño suave y un limpiador especial que limpie con suavidad las superficies pintadas, los cristales y las superficies cromadas y de plástico son adecuados para la limpieza.
El óxido repentino es la formación de corrosión en la pintura a partir de partículas metálicas muy pequeñas, como polvo de ferrocarril, depósitos industriales y chispas de amolado. Estas partículas pueden eliminarse con un eliminador de óxido.
Si los restos de insectos no se eliminan en muy poco tiempo, pueden producirse daños en la pintura, sobre todo si se expone a la luz solar. Los desinsectantes eliminan rápidamente y sin esfuerzo los insectos de lunas, pintura, cromo y plástico. Es importante que tenga buenas propiedades de penetración para que incluso la suciedad reseca pueda ablandarse sin atacar la superficie. De este modo, los residuos pueden eliminarse con rapidez y suavidad.