Un sistema de alerta acústica (Acoustic Vehicle Alerting System = AVAS) es una tecnología diseñada principalmente para coches eléctricos. También se conoce como sistema de alerta para peatones y su objetivo es mejorar la seguridad de los peatones y otros usuarios de la vía pública. Los vehículos con un sistema de alerta acústica generan ruidos artificiales de conducción para llamar la atención y evitar así posibles accidentes.
Debido a su funcionamiento silencioso, los vehículos eléctricos e híbridos son menos o incluso apenas perceptibles para los peatones y otros usuarios de la vía pública en comparación con los vehículos con motores de combustión convencionales. Esto puede dar lugar a situaciones peligrosas, especialmente en zonas urbanas, ya que los peatones pueden no darse cuenta a tiempo de que se acerca un vehículo eléctrico o híbrido. Por ello, a partir de julio de 2021, todos los coches eléctricos de nueva matriculación deberán disponer de un sistema de advertencia acústica.
Los sistemas de advertencia acústica, diseñados principalmente para coches eléctricos, generan ruidos artificiales de conducción en la gama baja de velocidades para llamar la atención y evitar posibles accidentes. Si un vehículo con tecnología de propulsión alternativa circula a una gama de velocidades superior, el ruido de rodadura de los neumáticos sobre la calzada es suficientemente audible para los peatones y el sistema de alerta acústica se desactiva automáticamente. El AVAS, también conocido como sistema de aviso a peatones, no sólo se instala en turismos, sino también en vehículos comerciales y otros vehículos.
El sistema AVAS se activa automáticamente al arrancar el vehículo y produce un ruido artificial del motor claramente audible hasta la velocidad fijada y al engranar la marcha atrás. Si se supera la velocidad fijada, la señal se apaga automáticamente.
Los avisadores acústicos constan esencialmente de un dispositivo de señalización y un sistema electrónico. La comunicación interna entre el SAAV y la electrónica de a bordo del vehículo se realiza a través del bus CAN. El sistema AVAS recibe información sobre la velocidad del vehículo y la posición de la marcha. Como resultado, en la mayoría de los sistemas, la frecuencia de audio y el volumen del ruido simulado del motor aumentan en un pequeño altavoz a medida que aumenta la velocidad (al arrancar). Lo contrario ocurre cuando la velocidad disminuye. El ruido simulado del motor se genera tanto al avanzar como al retroceder.