En los motores de combustión, el “encendido” se refiere al proceso de encendido de la mezcla de aire y combustible en los cilindros del motor. En los motores de gasolina, una bujía produce una chispa de alta tensión que enciende la mezcla de aire y combustible. En los motores diésel la mezcla se enciende por sí sola. A diferencia de los motores diésel, los motores de gasolina requieren un sistema de encendido que garantice una combustión completa en todas las condiciones de carga y funcionamiento.
La bobina de encendido tiene la tarea de transformar la tensión de a bordo relativamente baja del vehículo, de 12 voltios, en la alta tensión de encendido necesaria y transferir la energía almacenada en ella a la bujía.
La bujía desempeña un papel fundamental en el motor de gasolina. Se encarga de encender la mezcla de aire y combustible.
Los cables de encendido se encargan de conducir la tensión necesaria generada por la bobina de encendido hasta la bujía con las menores pérdidas posibles.
Las bujías de incandescencia se instalan en los motores diésel. Deben garantizar que el motor arranque de forma fiable a bajas temperaturas y funcione de forma silenciosa y con bajas emisiones durante la fase de calentamiento.
La bobina de encendido se encarga de transformar la tensión de la batería de 12 voltios a la alta tensión necesaria. El módulo de encendido controla este proceso.