Los filtros cumplen numerosas funciones importantes en el coche. Funcionan de manera similar a un tamiz al retener sólidos que no deben ingresar al flujo de líquido o aire. En el coche se utilizan principalmente filtros de aire, filtros de aceite, filtros de combustible y filtros de habitáculo.
Los filtros de aceite garantizan que el aceite del motor permanezca libre de partículas de suciedad, hollín o combustible sin quemar, evitando así daños.
Dependiendo de la cilindrada, el motor aspira una cantidad relativamente grande de aire. Los filtros de aire se encargan de limpiar este aire y suministrarlo al motor para garantizar un proceso de combustión óptimo.
Todos los motores de combustión están equipados con un filtro de combustible. Su función es filtrar las partículas de suciedad y, dependiendo del diseño, también el agua del combustible.
La tarea del filtro de habitáculo es eliminar contaminantes como el hollín y el polvo del aire ambiente, incluso en condiciones meteorológicas e influencias extremas, y suministrar aire purificado al interior.